5 de mayo de 2013

Cobarde

La historia comienza cuando me dirigía a tomar la micro a mi casa después de haber llegado de un viaje que realicé en el fin de semana. Me subí a la micro y en el primer asiento había una señorita que presumo que rondaba mi edad. La vi, la encontré de un atractivo interesante, pero no le puse más atención, en la micro cada quien viaja en su mundo.

Siguió el trayecto y yo me alegré de que mi micro iba rápido mientras veía por la ventana, en busca de algún conocido. Pasó el tiempo y llegamos a Reñaca, en eso me dio un repentino interés por esta señorita que te había mencionado porque se levantó ligeramente para preguntarle algo al conductor, o eso creo yo. Tenía la ventaja de que el espejo retrovisor apuntaba directamente a su rostro, el cual tenía una linda mirada. No desperdicié tiempo ni vergüenza mirando hacia otro lado, cuando de pronto se dio cuenta que la observaba.

Mi primer instinto, y creo que el de la mayoría, fue desviar la mirada. Pero apenas pasaron un par de segundos y no pude evitar volver a observar. Nuevamente, ella no tenía idea que mis ojos se opsaban en ella, o eso creí, se volvió a verme utilizando el mismo método del mío. Ni su rostro ni el mío se inmutaron, hasta que ella miró hacia otro lado. Intrigado, seguí viendo cuando ella nuevamente miró, pero esta vez no pude evitar escapar una ligera sonrisa; me pareció haberla visto hacer lo mismo, pero me dije a mi mismo que esas cosas no me pasaban, pero a pesar de eso no despegué la mirada. Se repitieron un par de miradas fugaces cuando me di cuenta que ambos nos veíamos, sonriendo, apartados de la realidad de la micro. Hermoso, no lo pude evitar y tuve que sonreir ampliamente, con una bella respuesta. Ella también sonreía, pero esas sonrisas que sabes que significan "no lo puedo creer", esa sonrisa verdadera e involuntaria. Sabíamos lo que pasaba, pero se acercaba mi paradero. Me puse de pie y no me dirigí hacia la salida, si no a la entrada. Era una oportunidad para saber si esto era cierto.

Me acercaba, como también se acercaba al colapso mi ritmo cardiaco. Cuando llegué en frente le pedí al conductor que por favor me dejara en el paradero. Después, lo hice, volteé a verla. Inevitable, sonreimos y acentimos con las cabezas, incrédulos. Llegó mi paradero y me bajé de la micro. Se cerraron las puertas y volteé a verla. Ella me miraba... no podía creer lo que me había oasado, creí que eso era reservado para películas y libros. Me sentía tan bien, feliz, asombrado... de todo. Veía alejarse la micro cuando la realidad me golpeó.

Cobarde... ¿por que no la saludaste, por lo menos? Me he arrepentido de muchas cosas en mi vida pero no quería que esta fuera una de ellas. ¿Cómo iba a serlo? Con la pesada mochila al hombro me dirigí a buscarla, siguiendo el recorrido de la micro. El plan era tomar una micro para poder alcanzarla preo ya era demasiado tarde, la próxima pasaría dentro de cinco u ocho minutos, no había tiempo que perder. Le pregunté a varias personas en el camino si la habían visto. Chaleco verde, pelo corto, contextura delgada y unos bellos ojos; nadie sabía de ella. Una señora me deseó suerte y proseguí mi camino.

A pesar de todos mis esfuerzos, no la encontré, estaba triste y atormentado por mi cobardía y errores. Me dirigí a mi casa, aún con la esperanza de verla en el camino. Todavía no pierdo esa esperanza, me propuse a buscarla, al menos por un tiempo. Si estaba en esa micro, hay un cincuenta porciento de probabilidad de que la vuelva a ver. Espero encontrarla, y por lo menos decirle "hola". Puede que se acuerde de mi,no creo que algo así tan poco rutinario se olvide fácilmente. No espero un cuento bello y hermoso. Espero poder vencer esa cobardía y como mínimo... saber su nombre, eso me dará paz.

21 de abril de 2013

Y el calor va subiendo

Estoy enfermo, de nuevo.

Hace dos semanas me había enfermado de lo que había parecido una gripe pasajera. Por lo general casi no me enfermo, pero ahora recaí. Como algunos saben, odio los medicamentos. Si bien me ayudan, solo los tomo cuando estoy al borde del delirio. No se que habrá pasado, tal vez necesite hacer deporte nuevamente (3 años sin deporte creo que es mucho) . Ahora me obligaré a hacerlo, y espero que esta vez funcione ya que he estado con muy poca iniciativa. Por la misma razón no había pasado por aquí.

Y bueno, aquí estoy en la cama. Es curioso como se cuando tengo fiebre, no se si a alguien más le pasa pero yo lo noto en los ojos, es una sensación en los ojos bastante peculiar y si los mantengo cerrados se siente el aumento de temperatura. Siempre me ha gustado saber lo que pasa en mi cuerpo, es por eso que siempre me pone feliz saber que tengo fiebre; eso me da la seguridad de que mi cuerpo está funcionando bien y que no es un flojo.

Cada vez que me enfermo, me imagino como está funcionando mi cuerpo como en la película Osmosis Jones. No fue una gran película pero es más o menos como imagino las cosas. Por cierto, mi personaje favorito era Thrax, el malo de la película quién era el virus Ébola. Vamos, tenía onda.

Y bueno, tanto hablar de la fiebre me acordé de la canción Fever Dog de Stillwater. Y a su vez esta canción me recuerda a la perlícula Almost Famous. Esto ya perdió sentido así que mejor me voy a descansar. Pero antes de irme... ¡me encanta Almost Famous!




22 de agosto de 2012

Clásico problema

¿No les ha pasado que en el peor de los momentos su lápiz de pasta (pluma, lapicero, bolígrafo, lapicera o como le quieran decir) no quiere escribir?

Siempre pasa, cuando tienes un número de teléfono importante que escribir, o cuando el profe que dicta más rápido de lo que puede hablar empieza a dictar y tu lápiz no se digna a escribir por más que rayes las hojas de atrás. Hay muchas cosas más pero todo esto tiene una solución.

Necesitaremos:
1 lápiz de pasta que no escriba
1 encendedor
2 manos

Simplemente calentamos la punta metálica del lápiz con el encendedor por 5 segundos aproximadamente... ¡Voilá! 

¿Por qué sirve esto? Simple, tu lápiz no escribe porque la tinta de la punta se secó y no permite el flujo de tinta fresca. Cuando lo calientas derrites ese "coágulo" de tinta.




17 de agosto de 2012

365 BohemiArt

Vaya, en realidad no se cuanta gente me lee de verdad pero a los que lo hacen les dejo este dato.

Es sobre un blog que sacó una gran amiga mía, Rosi. El blog se llama 365 BohemiArt y pretende entregar una pieza de arte conceptual diaria por un año. Esta idea le surge a Rosi después de conocer The Boy's Dart (debo destacar que me encantó el uso de la palabra dart que surge en una fusión de daily art, lo cual es arte diario en español). De hecho, este proyecto hace tiempo que le llamaba la atención a Rosi, me lo comentó y hasta yo estaba emocionado por la idea hasta que por fin el 15 de agosto (dos días atras) decidió iniciar el proyecto.

Si lo pensamos es un gran reto, bastante fascinante y a la vez muy desafiante. Yo lo considero un super proyecto el cual será muy absorbente, por lo cual le deseo lo mejor a Rosi y espero que me tenga un año entretenido con sus locuras.

Así que los invito a visitar 365 BohemiArt, pueden encontrar el link en este post o en la barra lateral. Y no lo olviden, ¡disfruten!



16 de agosto de 2012

Caracol

Hoy salvé a un caracol.
Como la noche anterior había llovido bastante, en la mañana mientras salía de mi casa me topé con un señor caracol. Es triste ver cadáveres de caracoles por todas partes ya que la gente despreocupada o malintencionada los mata. Por eso mismo tomé al señor caracol y lo dejé a salvo a los pies de las plantitas.

Se que alguna persona amante de su jardín me mataría por eso ya que el caracol se comerá tal vez una o dos hojas de sus plantas, pero vamos, el caracol también merece una oportunidad. Además, son lindos.

Y bueno, de regreso a mi casa por la noche me di cuenta que alguien había asesinado a otro señor caracol, espero que no haya sido el que yo rescaté. Aunque igual hubiese querido que no muriera. Deberíamos de fijarnos mejor donde pisamos o a quienes pisamos.

Otra historia relacionada a los caracoles es de hace unos cuantos años atrás cuando era un niño pequeño que iba a una boda de la cual no tenía mucho interés, lo importante es que iba mi hermano y mi prima que somos más o menos de la misma edad. Como la noche anterior a la boda había llovido salieron muchos caracoles (ya que donde sería la ceremonia y celebración tenía un patio grande). Y como los caracoles nos parecían lindos llenamos los brazos de mi prima con caracoles, era docenas de ellos y ella estaba feliz por tener tantos caracoles. Obviamente a los papás y adulto les pareció tierno y asqueroso a la vez, al igual que una mala idea así que nos mandaron a regresar los caracoles a sus hogares. Por lo menos esta vez no los mataron.